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Carmela González-AlordaCentro de Arte Rafael Botí

Rafael Botí, segundo por la izquierda, pintando con su maestro Daniel Vázquez Díaz y un grupo de discípulos, entre los que se encuentran su esposa Eva, su hijo Rafael, Luis Gutiérrez Solana, Pablo Celaya, Marisa Röesset, su hermando Mauricio y María Vallejo. Madrid 1919.

Un año cumple el Centro de Arte Rafael Botí, convertido desde entonces en el visceral foco para el desarrollo artístico de Córdoba. Gracias a una extensión de 900 m2, el mayor espacio expositivo de la ciudad abrió sus puertas con una muestra dedicada al artista con 62 óleos pertenecientes a la Diputación. Hoy se presenta como resultado de años de un admirable esfuerzo institucional y privado con la premisa común de levantar en pleno centro un lugar de encuentro para lo más actual en las artes plásticas, bajo el nombre de una de las personalidades más ilustres de la historia de la ciudad. Esta dinamización conforma el principal motor de un espacio que bebe de los aires renovadores de la posmodernidad, espíritu que no podía guiar mejor timón que el aura del maestro Botí.

El edificio presenta una tipología de casa-patio, una solución tradicional que se repite dentro del casco histórico y que garantiza la continuidad visual y espacial calle-zaguán-patio. El patio se convierte en el elemento principal, ya que a su alrededor se articulan y organizan los espacios del centro. Cuenta con tres elementos característicos, como son la montera de cristal transparente, el suelo con tratamiento a base de empedrado y las flores; en este caso, mediante su reproducción a gran tamaño en la pared medianera de un cuadro denominado ‘Flores en el campo’ de Rafael Botí. El edificio cuenta con tres plantas con una azotea transitable que ofrece vistas al Alcázar, la Judería y la Mezquita. También dispone de un sótano para almacenes específicos y en el que pueden visitarse los restos arqueológicos de un muro califal y cloacas almohades.

Se ha proyectado de forma que permite desarrollar un amplio programa de necesidades expositivas, educativas, de comunicación, representativas, de promoción artística, y de consulta, archivo e información. Esto supone que puede realizarse un conjunto de múltiples actividades tales como exposiciones, conferencias, talleres de trabajo, depósito de obras de arte, archivo de publicaciones y documentos etc., que pueden complementarse y potenciarse entre ellas.

Para la conservación de los fondos artísticos de la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí y de la Diputación Provincial de Córdoba, la planta sótano cuenta con un depósito que proporciona las condiciones de conservación y seguridad que requieren las obras. En la planta baja, junto al acceso principal, existe un control de acceso y espacio para una pequeña tienda y que permite exponer todas las publicaciones de la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí y de aquellos productos de merchandising que se diseñen para su venta. El patio está cubierto con un lucernario acristalado con doble vidrio que se utiliza como espacio alternativo, relacionado con todo tipo de iniciativas participativas relacionadas con las actividades que se desarrollan en el Centro. En la misma se ubica de forma permanente la amplia colección que la Diputación Provincial de Córdoba posee del pintor Rafael Botí y la Biblioteca de Artes Plásticas del Centro. La primera y la segunda planta albergan las distintas salas de exposiciones temporales del programa de actividades del Centro.

Con la creación de este Centro se cumple finalmente la demanda del sector de la cultura de Córdoba que, desde hace años, exigía no sólo un museo, también un espacio donde generar un amplio abanico de actividades culturales. Ejemplo de ello son las jornadas ‘Cultura Crítica. Por una cultura constituyente’, celebradas el pasado marzo o la exposición fotográfica ‘Imágenes del pensamiento. Introducción a la colección de Fotografía de la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí’. Asimismo, se realizan diferentes colaboraciones con otros espacios museísticos para el intercambio de obras, como pudo apreciarse en las importantes muestras ‘De Goya a Gauguin’ o ‘Córdoba Luciente en sus Fundaciones y Museos’. Actualmente puede deleitarse ‘La biblioteca del Inca Garcilaso de la Vega (1616-2016)’, que estará abierta hasta septiembre. Para la siguiente temporada, se acogerán las exposiciones ‘Fragmentos de un estilo cualquiera. Un recorrido por la colección de pintura de la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí’ y ‘VIII Bienal de artes plásticas Rafael Botí’.

Revisart 2016

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